
Abandono demente
Parte II
Según los miembros de la Asociación Civil Cooperanza, la mayoría de los insumos para la higiene y de uso personal cotidiano de los pacientes eran donados por organizaciones de voluntarios (papel higiénico, cepillo de dientes, ropa, yerba, etc.).
Además, el mismo personal del hospital confirmó que existe carencia de recursos fundamentales para la atención adecuada de los internos y el trabajo propicio de los profesionales: no existen en todos los pabellones teléfonos para comunicarse en caso de emergencias; no hay carros para trasladar los tanques de oxígeno; en determinadas épocas del año le cortan el gas a algunos sectores; no hay camas ortopédicas para los internos con problemas motrices; las sillas de rueda en uso están deterioradas desde las ruedas hasta sus bases; faltan medicamentos para cubrir la demanda de pacientes internos y externos; y, sobre todo, hay una falta de personal que conlleva a la sobre exigencia horaria de los médicos y enfermeros del lugar.
Según una enfermera del Borda, “la ley lo que dice es que las internaciones tienen que ser cortas, y dan un determinado tiempo. De lo que se agarran los médicos es, que por falta de personal es difícil cumplir ese paso, de llevar rápido el informe de la condición del paciente al juzgado. Creo que el gobierno de la ciudad no está dando lo que tiene que dar.”
A partir de estas declaraciones, el proceso de investigación derivó en las indagaciones sobre el presupuesto que se otorga al hospital anualmente, para corroborar la relación directa “a mayor presupuesto, mejores condiciones.”
Según miembros de la Comisión de Salud de la Legislatura Porteña, la definición del presupuesto se realiza de la siguiente manera: el Hospital eleva una propuesta de presupuesto (teniendo en cuenta la pauta inflacionaria) al Ministerio de Hacienda; éste lo envía a la Legislatura, donde se arman comisiones para todos los diputados que quieran participar. En esta instancia, actualmente el Pro cuenta con una mayoría en las comisiones, donde se discute el presupuesto; los ajustes asignados se reenvían al Ministerio de Hacienda para revisión en función de la recaudación del Estado y las prioridades políticas. Finalmente, el presupuesto vuelve a la Legislatura para votación y aprobación del mismo. Vale aclarar que la compra de medicamentos y el pago de sueldos, una vez ejecutado el presupuesto, queda a cargo de una comisión del Ministerio de Salud, el Hospital no interviene.
Según los datos oficiales, en los últimos cinco años, ha habido un aumento constante (y acorde a la inflación) del presupuesto para el Borda, siendo el de mayor asignación entre los hospitales de salud mental, seguido de cerca por el Hospital Moyano. Sin embargo, estos datos no reflejan las condiciones actuales del establecimiento. Según Gabriel Cavia, el presupuesto del Borda no es mayor al de otros hospitales de salud mental, en proporción a la cantidad de paciente internos y externos que soporta.
Por otro lado, Ángel Barraco explicó: “la cuestión es cómo se asigna el recurso: si yo tengo toda la plata en los 4 hospitales monovalentes y no voy abriendo los dispositivos sustitutivos, siempre va a estar ese modelo “(al referirse al modelo hospital-céntrico).
En este sentido, existen posiciones encontradas en cuanto a la causa de las condiciones del hospital. Por un lado, algunos sectores gremiales reclaman un mayor presupuesto general de salud del que se pueda deducir una asignación especial para la construcción de los dispositivos alternativos exigidos por la ley. Por otro lado, representantes de la Comisión de salud exponen una problemática en cuanto al mal uso del presupuesto ya otorgado, puesto que se sigue haciendo énfasis en la manutención de una lógica asilar y no se deducen fondos para la construcción de los mismos dispositivos alternativos.
Este conflicto se ve agravado por la pugna de intereses políticos y económicos. El barrio de Barracas dónde está ubicado el hospital es un territorio muy codiciado por el sector inmobiliario al que se encuentra ligado el gobierno de Macri. El valor del metro cuadrado es, actualmente, igual al equivalente en Palermo. Se trata de un terreno en la mira de la actual administración Pro, que ya se ha hecho acreedor de diversos territorios aledaños.
Este mismo interés concierne además a los gremios más simpatizantes del partido, como la Asociación de Médicos Municipales, SUTECBA y UPCN, los cuales habrían firmado un acuerdo con el Gobierno de la Ciudad para entregar una hectárea y media de los terrenos del hospital a cambio de las refacciones edilicias que hacían falta. Al mismo tiempo, el acuerdo sobre el uso de los terrenos del hospital es avalado en un pacto con el kirchnerismo.
En conclusión, los factores que confluyen y condicionan al Hospital Borda no dependen exclusivamente de una relación directa de presupuesto-bienestar, sino que existen intereses políticos, económicos y gremiales que impiden que el modelo manicomial (que la ley exige que desaparezca) cambie y se sustituya por los dispositivos alternativos que mejorarían la calidad en el tratamiento de los pacientes.

